Matanza diaria de personas inocentes. Ahora escogen a jóvenes.
Los narcos han tomado como rehenes a la población civil. Si les matan a un de ellos, se cobran matando a veinte civiles, lo cual les resulta muy fácil porque no bastan policías ni soldados para cuidar a cada civil.
Calderón no tomó en cuenta que su guerra contra el Narco no sería secundada por Estados Unidos.
Podía haberlo previsto viendo lo que ocurre en Colombia desde hace cincuenta años.
Por razones que es largo explicar, en EE.UU. hay poderosos padrinos interesados en seguir recibiendo la droga, procedente de Colombia, a través de México.
Mientras en Washington no se modifique esa política, Calderón no puede ganar esta "guerra ajena".
Ya van más de 16,000 muertos, y no todos son narcos como lo insinúan los medios y la versión oficial. Cada vez irán muriendo más rehenes inocentes.
Calderón se sintió agredido por el "presidente legítimo", como se llamó López Obrador, y quiso legitimarse con la guerra ajena. Miles de rehenes inocentes han caído. ¿Cuántos más morirán por esa "decisión política"?
En el libro "Disolución Social", Cap. IV, hay antecedentes indispensables para comprender el fenómeno del narcotráfico COLOMBIA-EE.UU., pasando por México.
Salvador Borrego Escalante